sábado, 4 de diciembre de 2010

FE CRISTIANA: Comunicación 34

¿QUÉ SABES DE TU FE CRISTIANA?

Posible metodología: Lee las preguntas y piensa qué sabes del tema? Después, si te parece bien, lee las respuestas que hemos dado.

1. NO MATARÁS

  • ¿Por qué la vida humana es sagrada?

R/ “La vida humana es sagrada, porque es fruto de la acción creadora y permanece siempre enana especial relación con el Creador, su único fin; nadie, e ninguna circunstancia puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano”.
El ser humano es la única criatura a la que Dios ama por sí misma y a nadie le está permitido destruir alguien a que Dios ama; alguien que está destinado a conocer y amar eternamente a Dios. Su vida es sagrada porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y éste es el fundamento último de la dignidad humana y del mandamiento no matarás.

2. PLENITUD DE ESTE MANDAMIENTO

  • ¿Qué implica este mandamiento?

R/ Ya en el Libro del Génesis se presenta el abuso contra la vida humana como consecuencia del pecado original; Yahvé remanifiesta siempre como defensor y protector de la vida: Caín mató a Abel y sin embargo Dios pone una señal para que nadie atente contra la vida de Caín: nadie debe tomarse la justicia por su mano, y nadie puede decir que tiene derecho a disponer de la vida de otro.
Este mandamiento hace referencia a los seres humanos. Es legítimo servirse de los animales para obtener alimento, vestido…etc. Dios los puso en la tierra para que estuviesen al servicio del hombre. Es cierto que, a veces se cuida más a los animales que a los seres humanos; la conveniencia de matarlos o maltratarlos proviene del desorden que puede implicar en las pasiones humanas, o de un deber de justicia si son propiedad de otro.
No hay que olvidar que el hombre no es dueño del de la Creación, sino administrador y por tanto tiene la obligación
de respetar y cuidar la naturaleza, de la que necesita para su propia existencia y desarrollo; pero sin olvidar que lo primero y principal es el cuidado de nuestros semejantes.

3. EL RESPETO DE LA VIDA HUMANA

  • ¿Cuáles son los principales pecados contra este mandamiento?

R/ Homicidio voluntario.
Se condena como gravemente pecaminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado grave. La Encíclica Evangelium vitae dice de modo definitivo e inefable la siguiente negativa: “con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia Católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral. Esta doctrina, está fundamentada en la Ley Natural que cada hombre, a la luz de la razón, encuentra en el propio corazón; que es corroborada por la Sagrada Escritura, transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal”. El homicidio que es sin excepción gravemente inmoral es aquél que responde a una elección deliberada y se dirige a una persona inocente. Por tanto, la legítima defensa y la pena de muerte no se incluyen en esta formulación absoluta y son objeto de un tratamiento especial.
El aborto.
“La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción”. No es admisible ninguna discriminación: hoy, la ciencia médica, es cierto, ha avanzado para bien y para mal: pero en lo que se refiere a la concepción desarrollo del ser humano, sus estudios son aberrantes: desde destruir fetos humanos sin escrúpulos, hasta experimentar con esos seres humanos no-nacidos. Se tienen congresos, por todo el mundo, para ver la forma de matar niños, como el que se ha celebrado en Sevilla, en el Hotel Meliá, el pasado fin de semana 23 de Octubre de 2010.
Es cierto que la Iglesia no quiere imponerse a la investigación biomédica; solamente limita y pone en aviso que los que la dignidad humana establece para cualquier otro campo de la actividad humana.
“El aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente”. La expresión como fin o como medio comprende las dos modalidades de la voluntariedad directa: el que actúa quiere conscientemente matar, y por eso cumple la acción. Ninguna circunstancia, ninguna finalidad ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, a la Ley Natural escrita en la conciencia de cada hombre y reconocible por la misma razón y por eso es proclamada por la Iglesia.
La eutanasia.
Por eutanasia se debe entender una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor.
Es una grave violación de la ley de Dios, y, a mi entender, una falta en contra de la Ley Natural porque la vida no pertenece a nadie, ni siquiera a uno mismo: la vida pertenece a Dios y eso lo llevamos grabado en el corazón.
La malicia lleva consigo la malicia propia del suicidio o del homicidio. Se trata de una de las consecuencias, gravemente contrarias a la dignidad de la persona humana, a las que puede llevar el hedonismo y la pérdida del sentido cristiano del dolor.
La interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Interrumpir esos tratamientos es rechazar el encarnizamiento terapéutico: con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla.
En cambio aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona no pueden ser
legítimamente interrumpidos. La alimentación e hidratación artificiales son, en principio, cuidados ordinarios debidos a todo enfermo.
Los hospitales están divulgando el derecho a la eutanasia, como derecho a una muerte digna.
El suicidio.
“Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella”. El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al amor a sí mismo que es natural y además Dios lo quiere.
Preferir la propia muerte para salvar la vida de otro no es suicidio, antes bien, puede constituir un acto de extrema caridad.

  • ¿Cuándo es legítima la defensa?

R/ La legítima defensa. La prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresor cause daño. La legítima defensa puede ser incluso un deber grave para quien es responsable de la vida de otro o del bien común.

4. EL RESPETO DE LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS

  • ¿Qué es el escándalo?

R/ El escándalo es lo contrario: “es la actitud con palabras o comportamientos que inducen a otros a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo… “más le valiera le ataran una rueda de molino al cuello…”
El escándalo constituye una falta grave, si por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave. Se puede causar escándalo por comentarios injustos, por la promoción de espectáculos, libros y revistas inmorales, por seguir modas contrarias al pudor, por comportamientos que pueden imitar los demás, haciéndoles personas indignas.
El escándalo adquiere gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen.

  • ¿Qué respeto se le debe al cuerpo?

R/ Respeto a la salud del cuerpo.
El respeto al propio cuerpo es una exigencia de la caridad, pues el cuerpo es templo del Espíritu Santo: “amarás al prójimo, como a ti mismo”.
Somos responsables, en lo que nosotros depende, de procurar la salud corporal, que es un medio para servir a Dios y a los hombres.
Hay que tener en cuenta que la vida corporal no es un valor absoluto: la moral cristiana se opone a una concepción neopagana que promueve el culto al cuerpo y que puede conducir a la perversión de las relaciones humanas.
La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de excesos, el abuso de la comida, del alcohol, tabaco, medicinas, drogas…etc.

5. LA DEFENSA DE LA PAZ

  • ¿Cómo debe un cristiano defender la paz?

R/ Hay una bienaventuranza que dice: “Bienaventurados los pacíficos porque serán llamados hijos de Dios”. Con estas palabras del mismo Jesucristo, se nos dice a los cristianos que, ya que somos hijos de Dios, que hemos de defender la paz.
La paz sería conseguida y perdurable, si los hombres, representados por las Instituciones Internacionales, procuraran seguir la Ley Natural y no hiciesen lo contrario: abandonar a los que sufren por catástrofes naturales, por guerras, por las consecuencias de la pobreza… etc.
En muchas ocasiones esta Instituciones hacen lo contrario: precisamente hoy, 27 de Octubre de 2010, el Gobierno de España ha vendido “armas” al pueblo saharaui; aunque también es injusto lo que está haciendo el Reino de Marruecos no dando autonomía a ese pueblo; pero no se arregla un mal promoviendo la guerra.
Es característico del espíritu de filiación divina el ser sembradores de paz y de alegría.
Es cierto que la paz no puede alcanzarse en la tierra, el cristiano debe cuidar los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad.
La defensa de la paz es obra de la justicia y es un efecto de la caridad.

Juan José García Torralbo
Pozoblanco a 28 de Octubre de 2010

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