TERCERA COMUNICACIÓN

Esta es la razón por la que debemos tener nuestro “proyecto de vida”, saber dónde caminamos como seres humanos, con un objetivo concreto que es “humanizarse” y como cristianos que es “ser cada día más hijos de Dios y extender su Reino por el mundo”.
El Catecismo de la Iglesia Católica, nos señala en qué dirección debe caminar nuestro esfuerzo personal y cómo debemos cuidar nuestro Proyecto personal de vida. Nuestros comportamientos deben estar marcados por la adquisición y la práctica de las “Virtudes”.
Las virtudes son siete: tres teologales, que Dios nos da: Fe, Esperanza y Caridad. Cuatro cardinales que hemos de adquirir: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.
PRUDENCIA: Es una virtud de la razón, es una virtud práctica, ordenada a una acción concreta. Nos ayuda a reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras, nuestras acciones y comportamientos. Es un puntal para actuar con mayor conciencia frente a las situaciones ordinarias de la vida.
La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nosotros. Normalmente la vemos mejor reflejada en los demás y nos admiramos de las personas que la tienen porque:
- toman decisiones acertadas
- pasan inadvertidas
- dan la impresión de no equivocarse nunca
- sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen
- conservan la calma, aún en situaciones difíciles
- son comprensivos con todas las personas
- nunca ofenden a los demás
- nunca pierden la compostura.
La falta de prudencia siempre tiene consecuencias no muy buenas a todos los niveles, personal y colectivo. Es importante tener en cuenta que todas nuestras acciones estén encaminadas a salvaguardar lo que debemos cuidar: ser humanos con el respeto a todos los seres humanos, que como nosotros tienen derecho a la vida y a una vida feliz.
Ser prudente, no significa tener la certeza de no equivocarse, al contrario, la persona prudente se equivoca muchas veces, pero ha tenido la habilidad de reconocer sus fallos y limitaciones y aprender de ellos.
Ante el esfuerzo que hemos de hacer para ser prudentes nos preguntamos, y con frecuencia lo hacemos a Dios, ¿qué hacer? ¿cómo alcanzar esta prudencia que envidiamos en los demás?
La prudencia podemos alcanzarla.
- haciendo memoria de la experiencia pasada: reflexionando sobre lo que ha sucedido a él o a los demás.
- conociendo el estado presente de las cosas: ser prudente es el resultado de un “comprender”.
- discernir confrontando un hecho realizado bajo dos puntos de vista; descubrir en cada acción las ventajas y desventajas.
- asumir nuestras limitaciones, recurrir al consejo de quienes pueden dar algo de luz para llevar a cabo comportamientos más humanos.
- saber confrontar las circunstancias ya que una acción mirada independientemente puede ser buena y viéndola dentro de un plan de vida puede ser muy perjudicial.
Aprender o no a ser PRUDENTES es nuestra mejor opción.
Juan José García (SS.CC.)
Diciembre 2007
Diciembre 2007
1 comentario:
Puesta en común. Taller de Biblia:
Tema: PRUDENCIA. 3ª Comunicación.
++ La prudencia es la virtud que abre las puertas al ejercicio de las demás virtudes.
++ Pasa inadvertida porque es discreta y nos ayuda a reflexionar y conservar la calma en toda circunstancia.
++ Admiramos, siempre admiramos, a las personas que son prudentes, porque saben comportarse en todos sitios.
++ El Catecismo de la Iglesia Católica aplica algunas reglas que nos pueden hacer prudentes:
Nunca está permitido hacer mal para obtener un bien.
La “regla de otro para ser prudente está en la Biblia: “Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros” (Mt 7, 12; Lc 6, 31; Tb 4, 15)
++ Se analiza esta lectura bíblica: “Aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb” …
La historia de Abigail está en I Samuel, 25, 2-42. ¿Cómo es posible mantener en paz un matrimonio así?
En Abigail se dan unas virtudes maravillosas: sabiduría, determinación, sensibilidad, destreza interpersonal, paciencia… y todas ellas demuestran una mujer PRUDENTE.
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