domingo, 18 de abril de 2010

FE CRISTIANA: Comunicación 01

¿QUÉ SABES DE FE CRISTIANA? 
1ª Comunicación. 


LA EXISTENCIA DE DIOS
Posible Metodología: Leer la pregunta e interrogarte sobre lo que sabes del tema. Después, si te parece bien lees la posible respuesta que figura después.



1. DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL SER HUMANO

  • ¿Desde cuándo y por qué siente el ser humano la necesidad de buscar a un “dios”?
R/ El hombre es religioso desde su creación. Existe un Dios creador, es la creencia desde siempre. El mundo y nuestra existencia dependen de Dios creador.

El politeísmo no tiene consistencia y siempre se ha creído en la existencia de un solo Dios.

De siempre y en todas las culturas se ha reflexionado sobre Dios y sobre los temas centrales

  • La vida y la muerte
  • El bien y el mal.
  • El destino último del ser humano.
  • El sentido de las cosas.

La referencia a Dios pertenece a la cultura humana y es una dimensión esencial de la sociedad y de los hombres.

La libertad religiosa es, por consiguiente, el primero de los derechos.

La búsqueda de Dios es el primero de los deberes.

Los hombres por su misma naturaleza están obligados a adherirse a la verdad, una vez conocida.
Negar a Dios es intentar excluirlo de la cultura y de la vida social y civil, son fenómenos que se están dando hoy, sobre todo en el área occidental.

Los grandes interrogantes religiosos y existenciales permanecen invariables durante toda la vida y no pueden circunscribirse a la edad “infantil”.

El cristianismo asume lo bueno de la investigación y adorando a Dios manifiesta la religiosidad humana:

Desvela su verdadero significado, el de un único camino hacia el único y verdadero Dios que se ha revelado en la historia de la salvación que se entregó al pueblo de Israel y que ha venido a nosotros haciéndose hombre en Jesucristo.


2. DE LAS CRIATURAS MATERIALES A DIOS

  • ¿Cuáles son los medios humanos por los cuales podemos conocer la existencia de Dios?
R/ La inteligencia del hombre puede conocer la existencia de Dios acercándose a Él por el camino que tiene como punto de partida el mundo creado y que posee dos itinerarios: las criaturas materiales y la persona humana.

Aunque este último camino haya sido expuesto por pensadores y filósofos de diversas épocas y culturas.

Las vías de la existencia de Dios, también se llaman pruebas, en cuanto argumentos filosóficos convincentes; el sujeto comprende con mayor o menor claridad; esto se llama conocer a Dios por las ciencias experimentales.

En cada prueba que pensemos de la existencia de Dios alcanza un aspecto concreto o una dimensión de la realidad absoluta de Dios.

Podemos llegar a comprender a Dios como origen y fin del universo.

  • ¿Cuáles son las limitaciones de estos medios?
R/ Pero la existencia de Dios no es objeto de nuestro conocimiento empírico; la existencia de Dios no puede entenderse en el mismo sentido de las pruebas utilizadas.

La riqueza de Dios es tal, que ninguna de estas pruebas de su existencia, pueden llegar a una imagen completa y personal de Dios, sino solamente alguna faceta de ella: existencia, inteligencia, providencia…etc.

Entre las llamadas pruebas cosmológicas, las más conocidas son las “cinco vías” de Santo Tomás de Aquino.

Que recogen las reflexiones de filósofos anteriores a él.

Las primeras vías proponen la idea de que las cadenas causales que observamos en la naturaleza no pueden proseguir en el pasado hasta el infinito, sino que se deben apoyar en un primer motor y una primera causa.

Partiendo de la limitación de los seres naturales, se puede deducir que su causa debe ser un Ente incondicionado y necesario.

Se consideran los grados de perfección participada que se encuentra en las cosas, se deduce la existencia de Alguien que pueda tener al completo esas perfecciones;

Y observando el orden que existe en el mundo, se supone una inteligencia ordenadora superior que sea causa del orden existente.


3. EL ESPÍRITU HUMANO MANIFIESTA A DIOS

  • ¿En qué aspectos refleja el ser humano la semejanza con Dios?
R/ El conocimiento de Dios es accesible al sentido común, es decir, al pensamiento espontáneo que ejercita todo ser humano.

La maravilla ante la belleza y el orden de la naturaleza, la gratitud por el don gratuito de la vida, el fundamento y la razón del bien y del amor. Este tipo de conocimiento también es importante para captar a qué sujeto se refieren las pruebas filosóficas de la existencia de Dios.

Santo Tomás termina sus pruebas sobre la existencia de Dios y diciendo “y esto es lo que todos llaman Dios”.

La Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia confirman que la mente humana puede llegar hasta el conocimiento de Dios creador, y lo hace partiendo de las criaturas.

Ya sea la Escritura, ya sea el Magisterio, advierten que el pecado y las malas disposiciones morales pueden hacer más difícil este reconocimiento. El espíritu humano manifiesta a Dios el ser humano percibe que hay un único Dios y que es superior al resto de la naturaleza.

  • ¿Por qué decimos que estos aspectos no son simples coincidencias?
R/ El hombre, aunque comparte muchos aspectos de su vida biológica con otras especies animales, se reconoce único en su fenomenología: reflexiona sobre sí mismo, es capaz de progreso cultural y técnico, percibe la moralidad de las propias acciones, trasciende con su conocimiento y su voluntad, pero sobre todo con su libertad, el resto del cosmos material. En definitiva, el ser humano es sujeto de una vida espiritual que está por cima de la materia aunque depende de ella; esto se ha visto desde los orígenes, en toda cultura y en la religiosidad de los pueblos.

En sintonía con este común sentir de la razón, la Revelación Judea-cristiana enseña que el ser del hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.

La persona humana está en camino hacia Dios por diferentes caminos.

«Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual»

Nuestra conciencia que aprueba el bien y censura el mal, nos lleva a conocer un Sumo Bien al que estamos llamados a conformarnos, estamos llamados a ser como Él.

Así pues, partiendo de la experiencia de la conciencia humana y sin conocer la revelación bíblica. Varios pensadores han llegado a hacer firme la reflexión de que la dimensión ética, saber lo que es bueno y malo, llega a que el hombre, todo hombre, es capaz en cuanto creado a imagen de Dios.

Junto a la propia conciencia se reconoce su personal libertad, como condición de su obrar bueno o malo.

En eso se conoce que una persona es libre, en la correspondiente responsabilidad de sus propias acciones: tiene que existir Alguien ante el que es responsable; Alguien que debe ser mayor que él, que la naturaleza material y no inferior sino mayor que los semejantes.

La existencia de la libertad y de la responsabilidad humana, reduce la persona a un animal desarrollado, pero que su actuar estaría regulado por las pulsiones necesarias e identifican la vida espiritual (mente, conciencia, alma) con los órganos de nuestra corporeidad.

Así podemos ver la auto-trascendencia de la persona, el libre arbitrio que obra en las elecciones condicionadas por la naturaleza, y la imposibilidad de reducir la mente al cerebro.

La presencia del mal y de la injusticia en el mundo, muchos la consideran como prueba de que Dios no existe, porque si existiera, no lo permitiría. Esta desazón y este interrogante son también caminos hacia Dios. La persona percibe el mal y la injusticia como privaciones, como situaciones dolorosas no debidas, que reclaman un bien y una justicia a la que aspira. Este bien y esta justicia se encuentra en Dios que es el Ser perfecto; Dios no quiere el mal, ni
la injusticia; si nosotros lo vemos es porque vemos también el sumo bien y la suma justicia.

Otra cosa que necesita el ser humano es la verdad, el bien, la felicidad, que son manifestaciones de una aspiración natural en nosotros de ver a Dios.

Si esta pretensión quedase frustrada, la criatura humana quedaría convertida en un ser contradictorio, porque estas aspiraciones son el núcleo más profundo de la vida espiritual y de la dignidad de la persona.

En lo más profundo del corazón muestra la existencia de un Creador que nos llama a tener esperanza en Él.

Así pues, partiendo de la experiencia de la conciencia humana y sin conocer la revelación bíblica. Varios pensadores han llegado a hacer firme la reflexión de que la dimensión ética, saber lo que es bueno y malo, llega a que el hombre, todo hombre, es capaz en cuanto creado a imagen de Dios.

Junto a la propia conciencia se reconoce su personal libertad, como condición de su obrar bueno o malo.

En eso se conoce que una persona es libre, en la correspondiente responsabilidad de sus propias acciones: existe Alguien ante el que es responsable; Alguien que debe ser mayor que él, que la naturaleza material y no inferior sino mayor que los semejantes.

La existencia de la libertad y de la responsabilidad humana, reduce la persona a un animal desarrollado, pero que su actuar estaría regulado por las pulsiones necesarias e identifican la vida espiritual (mente, conciencia, alma) con los órganos de nuestra corporeidad.
Así podemos ver la auto-trascendencia de la persona, el libre arbitrio que obra en las elecciones condicionadas por la naturaleza, y la imposibilidad de reducir la mente al cerebro.

La presencia del mal y de la injusticia en el mundo, muchos la consideran como prueba de que Dios no existe, porque si existiera, no lo permitiría. Esta desazón y este interrogante son también caminos hacia Dios. La persona percibe el mal y la injusticia como privaciones, como situaciones dolorosas no debidas, que reclaman un bien y una justicia a la que aspira. Este bien y esta justicia se encuentra en Dios que es el Ser perfecto; Dios no quiere el mal, ni la injusticia; si nosotros lo vemos es porque vemos también el sumo bien y la suma justicia.

Otra cosa que necesita el ser humano es la verdad, el bien, la felicidad, que son manifestaciones de una aspiración natural en nosotros de ver a Dios.

Si esta pretensión quedase frustrada, la criatura humana quedaría convertida en un ser contradictorio, porque estas aspiraciones son el núcleo más profundo de la vida espiritual y de la dignidad de la persona.

En lo más profundo del corazón muestra la existencia de un Creador que nos llama a tener esperanza en Él.

Estos caminos “cosmológicos” no aseguran la posibilidad de llegar a Dos en cuanto ser personal; los caminos “antropológicos”, que parten del hombre y sus deseos naturales, esos sí que dejan entrever a Dios que nos da nuestra independencia, que nos hace amar.

La Sagrada Escritura contiene enseñanzas explícitas sobre la existencia de una ley moral inscrita por Dios en el corazón del hombre, es la “ley moral natural”, accesible a los hombres de toda época y cultura, aunque la existencia de Dios queda en oscuridad por el pecado.

El Magisterio de la Iglesia ha subrayado la existencia de la conciencia humana y de la libertad como caminos hacia Dios.


4. LA NEGACIÓN DE DIOS: LAS CAUSA DEL ATEÍSMO

  • ¿Cuáles son las principales causas del ateísmo y a qué apuntan?
R/ El mal ejemplo de los creyentes: descuido de la educación religiosa, exposición inadecuada de la doctrina, incluso defectos de la vida religiosa, moral y social, ha velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión. El Vaticano II ha señalado siempre el testimonio de los cristianos como lo mejor para realizar una necesaria “nueva evangelización”.

Una causa de este ateísmo positivo es considerar que decir que Dios no existe, porque si existiera perderíamos nuestra libertad. Esto es totalmente falso porque la existencia de Dios es quien garantiza esta libertad. Cuando se niega a Dios se termina negando también al hombre y su dignidad trascendente.

Teóricamente se niega a Dios porque racionalmente no se puede demostrar. Y hay otra razón práctica: se niega a Dios porque no nos interesa que exista para poder seguir viviendo como si
no existiese.

Y hay otra que es teórica, positiva, es contradictoria: Dios no es objeto saber científico – experimental.


5. EL AGNOSTICISMO Y LA INDIFERENCIA RELIGIOSA

  • ¿En qué consiste el agnosticismo?
R/ El agnosticismo se puede considerar como un movimiento que se difunde en los ambientes intelectuales: sostiene que la razón humana no puede concluir nada sobre Dios y su existencia.

  • ¿Cómo se manifiesta?
R/ Sus defensores se proponen un empeño de vida personal y social, pero sin referencia alguna a un fin último,
buscando vivir un humanismo sin Dios. Esto termina con frecuencia con el ateísmo práctico. Viven sin un
compromiso hacia el que entiende naturalmente el fin último de los propios actos.

  • ¿Por qué decimos que no puede mantenerse para toda la vida?
R/ La posición agnóstica merece, respeto, si bien sus defensores deben ser ayudados a demostrar la no-negación de Dios, manteniendo una apertura a la posibilidad de reconocer su existencia y revelación en la historia.

La indiferencia religiosa – irreligiosidad – presenta hoy la principal manifestación de incredulidad, y como tal, ha recibido una creciente atención por parte del Magisterio de la Iglesia.

El tema de Dios no se toma en serio. No se toma en absoluta consideración porque son más importantes los bienes materiales. La indeferencia religiosa coexiste con una cierta simpatía por lo sagrado, como si fueran bienes de consumo. Para mantener por largo tiempo una posición una posición de indiferencia religiosa, el ser humano necesita de continuas distracciones y así no distraerse de problemas más importantes.


6. EL PLURALISMO RELIGIOSO: HAY UN ÚNICO Y VERDADERO DIOS, QUE SE HA REVELADO EN JESUCRISTO

  • ¿Por qué decimos que el diálogo interreligioso es positivo?
R/ La religiosidad humana (cuando es auténtica es camino hacia el reconocimiento del único Dios) se ha expresado y se manifiesta en la historia y en la cultura de los pueblos, en formas diversas y a veces también en el culto de distintas imágenes o ideas de la divinidad.
Entonces, todas las religiones de la tierra que manifiestan la búsqueda sincera de Dios y respetan la dignidad trascendente del hombre deben dialogar y respetarse mutuamente.

  • ¿Cuál es la misión de todo cristiano?
R/ la Iglesia Católica considera que en todas las religiones está presente una chispa, casi una participación de la Verdad divina. Al acercarse a las diversas religiones de la tierra, la razón humana sugiere un oportuno discernimiento. Reconocer la presencia de superstición y de ignorancia, de formas de irracionalidad, de prácticas que no están de acuerdo con la dignidad y libertad de la persona humana.

El diálogo interreligioso no se opone a la misión y a la evangelización. La finalidad del diálogo ha de ser siempre el anuncio de Cristo, la única verdad es Cristo: por tanto, esas religiones tienen el derecho de recibir la revelación y ser conducidas a la madurez mediante el anuncio de Cristo, camino, verdad y vida.

Dios no niega la salvación a aquellos que ignorando sin culpa el anuncio del Evangelio, viven según la ley moral natural, reconociendo su fundamento en el único y verdadero Dios.

En el diálogo interreligioso el cristianismo puede proceder mostrando que las religiones de la tierra, alcanzan en el cristianismo su cumplimiento.

Juan José García Torralbo
Pozoblanco 16 de Abril de 2010

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