Puedes seguir esta metodología: Lee las preguntas y comprueba si sabes algo de ellas.
Después, si te parece bien, lee las respuestas que se han dado.
1. LA GRACIA.
- ¿Cómo obra en nosotros la gracia santificante?
R/ Un regalo único y que sólo Dios puede conceder es la “gracia santificante”
** Es don gratuito que Dios nos hace de su vida, infundida por el Espíritu Santo en nosotros mismos que nos santifica.
** Es participación de la vida de Dios que nos diviniza.
** Es una nueva vida, sobrenatural, que nos constituye en hijos de Dios por adopción: “Somos hijos de Dios en el Hijo, que es Cristo”.
** Nos introduce en la intimidad de la Trinidad
** Es una gracia de Cristo, porque nos llega por su Encarnación, su mensaje, su pasión, muerte y resurrección.
** La gracia nos configura con Cristo; tiene su origen en Cristo y nos llega, porque Jesús así lo quiso, a través de la Iglesia, por medio de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, especialmente el Bautismo.
** es gracia del Espíritu Santo, porque es infundida en nosotros por la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
2. LA JUSTIFICACIÓN
- ¿Qué es la justificación? ¿Cuándo nos introducimos a la justificación?
R/ Todos los hombres nacen un estado pecaminoso: “pecado original”; la primera obra de la gracia en nosotros es la justificación. Justificación es el paso del estado de pecado al estado de gracia o de justicia, porque la gracia nos hace justos.
Tiene lugar en el Bautismo y cada vez que Dios perdona los pecados mortales e infunde la gracia santificante, especialmente en el Sacramento de la Reconciliación.
La justificación es la obra más excelente del amor de Dios.
3. LA SANTIFICACIÓN.
- ¿Quién está llamado a la santificación?
R/ Dios no niega a nadie su gracia; Dios quiere que todos los hombres de salven; de este modo todos estamos llamados a la santidad.
- ¿En qué se basa esta santificación?
R/ La santificación se basa en la gracia que es en nosotros la fuente de la obra de santificación: que sana y eleva nuestra naturaleza, dañada por el pecado original, haciéndonos capaces de obrar como hijos de Dios, y de reproducir en el bautizado la imagen de Cristo: es decir, de ser, cada uno, otro Cristo: esta semejanza con Cristo se manifiesta con el progreso en santidad; consiste en la unión cada vez más íntima con Dios, hasta que el cristiano llega a ser no sólo otro Cristo, sino el mismo Cristo, una sola cosa con Cristo, como miembro suyo.
- ¿Qué es lo que nunca falta en el camino de la santificación?
R/ Para que el cristiano llegue a ser santo es necesario que coopere libremente con la gracia: esto requiere esfuerzo y lucha, a causa del desorden introducido por el pecado; por esta razón “no hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual”.
Y para vencer en la lucha hay que pedir a Dios la gracia mediante la oración y la mortificación de los sentidos; después recibir esa gracia en los sacramentos.
Es cierto que la unión con Cristo sólo será definitiva en el cielo; por eso a nadie le está garantizada la propia salvación; hay que pedir a Dios la gracia de la perseverancia final, es decir, el don de morir en gracia de Dios.
4. LAS VIRTUDES TEOLOGALES.
- ¿A qué llamamos “virtudes teologales”?
R/ La definición de virtud es “una disposición habitual y firme de hacer el bien”.
Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios: disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Son infundidas por Dios en el alma para hacerlos capaces de obrar como hijos de Dios.
Son tres: Fe, Esperanza y Caridad.
- ¿En qué se diferencian con las otras virtudes?
R/ Se diferencia en que estas virtudes teologales son infundidas por Dios y aunque precisan de nuestro esfuerzo, es la Dios quien actúa principalmente. Estas virtudes son:
La fe: por ella creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado y que la Iglesia nos propone. Por esta fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios y se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios: “El justo vive de la fe”.
** El cristiano no sólo debe guardar la fe y vivir de ella, sino profesarla y dar testimonio con firmeza y difundiéndola.
La esperanza: por ella aspiramos al reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra; se pone nuestra confianza en las promesas de Cristo y no nos apoyamos en nuestras fuerzas, sino en los auxilios que nos da el Espíritu Santo.
La caridad: es por la que amamos a Dios sobre todas las cosas y lo amamos por Él mismo; también amamos al prójimo como a nosotros mismos, pero por amor a Dios.
Este es el mandamiento nuevo de Jesucristo: “que os améis unos a otros como yo os he amado”.
5. LAS VIRTUDES HUMANAS.
- ¿Qué son las virtudes humanas? ¿Cuáles son?
R/ Son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe.
Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena.
Se diferencian de las teologales en que las teologales son infundidas por Dios y a Él se refieren directamente; mientras que las humanas perfeccionan al hombre sabiendo utilizar su inteligencia, por supuesto ayudada por la fe.
- ¿Por qué se caracteriza cada una?
R/ Entre las virtudes humanas hay cuatro que se llaman “cardinales”, porque todas las demás se agrupan en torno a ellas: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
** Prudencia: es la virtud que dispone la razón a saber discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y elegir los medios rectos para conseguirlo; es fundamental en el actual correcto de todas las demás virtudes.
** Justicia: consiste en la constante y firma voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido.
** Fortaleza: asegura en las dificultades firmeza y constancia en la búsqueda del bien; reafirma la resolución de resistir las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral; con ella se hace uno capaz de vencer el temor, incluso la muerte y hacer frente a las pruebas y las persecuciones; capacita para ir hasta la renuncia de la propia vida por defender una causa justa.
** Templanza: «es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos» (Catecismo, 1809). La persona templada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, y no se deja arrastrar por las pasiones. En el Nuevo Testamento es llamada “moderación” o “sobriedad”.
Hay una diferencia grande con las virtudes teologales: en las teologales nunca se puede creer bastante en Dios, ni esperar en Él, ni amarle suficientemente.
En las virtudes morales y refiriéndonos a las cardinales: podemos ir creciendo en prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
6. LAS VIRTUDES Y LA GRACIA. LAS VIRTUDES CRISTIANAS
- ¿Cuál es la principal finalidad de la gracia?
R/ La finalidad principal de la gracia es la de elevar la naturaleza humana a participar de la naturaleza divina, haciendo que las obras del hombre sean meritorias y agradables a Dios.
7. LOS DONES Y FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
- ¿Cuáles y cuántos son los dones del Espíritu Santo?
- ¿Por qué se caracteriza cada uno?
R/1º don de sabiduría: para comprender y juzgar con acierto acerca de los designios divinos;
2º don de entendimiento: para la penetración en la verdad sobre Dios;
3º don de consejo: para juzgar y secundar en las acciones singulares los designios divinos;
4º don de fortaleza: para acometer las dificultades en la vida cristiana;
5º don de ciencia: para conocer la ordenación de las cosas creadas a Dios;
6º don de piedad: para comportarnos como hijos de Dios y como hermanos de nuestros hermanos los hombres, siendo otros Cristos;
7º don de temor de Dios: para rechazar todo lo que pueda ofender a Dios, como un hijo rechaza, por amor, lo que puede ofender a su padre.
- ¿Qué producen en el hombre?
R/ Los dones del Espíritu santo sostienen la vida moral de los cristianos: son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos de ese Espíritu.
8. INFLUENCIA DE LAS PASIONES EN LA VIDA MORAL
- ¿Qué son las pasiones?
R/ Nuestra persona no es una dualidad, es una persona en que está la parte material y la parte espiritual, que se caracteriza principalmente por el conocimiento intelectual y el libre querer de la voluntad, que se encuentran bajo el influjo de la sensibilidad.
Este influjo se manifiesta en las pasiones que son “impulsos de la sensibilidad que inclinan a obrar o a no obrar en razón de lo que es sentido o imaginado como bueno o malo”.
Las pasiones son movimientos del apetito sensible (irascible y concupiscible). Se pueden llamar también “sentimientos” o “emociones”.
- ¿Por qué y cómo influyen en nuestra vida espiritual?
R/ Las pasiones influyen mucho en la vida moral. “En sí mismas, no son buenas ni malas”. La pasión es moralmente buena cuando contribuye a una acción buena y mala en el caso contrario.
Pertenece a la perfección humana el las pasiones estén reguladas por la razón y dominadas por la voluntad.
Después del pecado original, las pasiones no se encuentran sometidas del todo al imperio de la razón, y con frecuencia inclinan a realizar lo que no es bueno Para encauzarlas habitualmente al bien se necesita la ayuda de la gracia, que sana las heridas del pecado, y la lucha ascética.
La voluntad, si es buena, utiliza las pasiones ordenándolas al bien1 En cambio, la mala voluntad, que sigue al egoísmo, sucumbe a las pasiones desordenadas o las usa para el mal.
Juan José García Torralbo
Pozoblanco a 22 de Septiembre de 2010
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