
Pero nosotros, porque somos cristianos, tenemos medios para vencer esas tentaciones: tenemos la Eucaristía, memorial de la Pasión y muerte de Jesús; tenemos la oración que nos ayuda a tener una vida más profundamente cristiana: “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Pero todo esto se realiza y tiene fuerza en la vida del cristiano de verdad, si creemos y creemos de verdad que Jesús está vivo.
La gente suele decir, y con razón, que en este mundo todo tiene remedio menos la muerte; porque de sobra sabemos que quien muere, ya no vuelve. Así es nuestra suerte y nuestro destino.
Por eso, el paso de los años, las enfermedades y la vejez son cosas que nos resultan profundamente desagradables y que nos entristecen, hasta el punto de que ni siquiera queremos pensar en eso. Y es que, a fin de cuentas, lo único que sabe con seguridad todo hijo de vecino es que, antes o después le espera la muerte. Y ante eso no hay escapatoria que valga.
Pero, ¿y Jesús? ¿Se puede decir también de él que se murió y con la muerte se acabó todo para Él? ¿Se puede decir, por consiguiente, que a Jesús le pasó lo que nos pasa a todos los mortales cuando nos llega la última hora? En definitiva, ¿está vivo o está muerto Jesús? Y si es que de Jesús decimos y creemos que está vivo, ¿Qué tiene que ver eso con nuestra propia muerte? ¿significa eso algo importante para nosotros que creemos en Él?
Mirad lo que dice el Evangelio de San Lucas:
LUCAS 24, 1‑7
"El primer día de la semana (o sea el domingo), de madrugada, fueron (unas mujeres de la comunidad) a la sepultura (donde habían enterrado a Jesús) llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron la losa del sepulcro levantada, entraron y no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Ellas no sabían que pensar de aquello, cuando se les presentaron dos hombres con unos vestidos brillantes. Ellas estaban muy asustadas y miraban al suelo.
Y entonces los hombres les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Acordaos lo que él mismo os dijo, cuando estabais todavía en Galilea: Este Hombre tiene que ser entregado a manos de gente mala y lo van a matar en la cruz, pero a los tres días va a resucitar."
Lo más importante que se dice en este Evangelio es que Jesús, el mismo que había sido torturado y ejecutado hasta morir en la cruz, no está ya entre los muertos, sino por el contrario está vivo, porque ha resucitado.
Y… ¿esto tiene incidencia en nuestras vidas? ¿Somos cristianos por la gracia de Jesús Resucitado?
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