martes, 22 de julio de 2008

Sexta comunicación 2008-2009

En el año Jubilar de San Pablo, no podemos olvidar al Apóstol Pedro.



Pedro y Pablo, son dos Apóstoles inseparables con diversa misión: San Pedro: funda la primera comunidad cristiana proveniente del pueblo elegido.



San Pablo: se convierte en el apóstol de los gentiles.



Con carismas distintos trabajan por una causa común: la construcción de la Iglesia de Cristo; fueron los fundadores de la Iglesia de Roma y dieron su vida por ella: la acción de la Iglesia sólo es creíble y eficaz en la medida en que quienes forman parte de ella están dispuestos a pagar personalmente su fidelidad a Cristo.



Hoy día, Cristo necesita testigos y mártires como San Pablo: cuando en el camino de Damasco cayó a tierra, cegado por la luz divina, se puso de parte, sin vacilaciones, del Crucificado y lo siguió sin volverse atrás.





TB. Libro de Job. Comunicaciones Bíblicas

Sexta Comunicación. 



En la exposición de estas Comunicaciones bíblicas queremos seguir este orden:

  • Las pruebas de Job, la esposa y los amigos de Job.

  • El protagonista.

  • El Dios de Job.

  • Los ángeles o demonios en Job.

  • El joven Elihú.

Para terminar con una consideración sobre el valor que puede tener el valor y el sufrimiento y alguna muestra de frases importantes en el libro.





Las pruebas de Job, la esposa y los amigos de Job.



Pruebas de Job. La Historia de Job es muy simple y muy sencilla si un autor no hubiera introducido el gran problema de la retribución en las personas de los tres amigos que van a consolarle y lo que hacen es acusarle de una maldad que no ha cometido. (cc. 1 y 2)



Job es probado: siente primero un gran dolor psicológico al quedarse sin sus posesiones y sin sus propios hijos; después la prueba recae en su propio cuerpo causándole una llaga virulenta que le produce dolor físico y también psíquico ya que tiene que retirarse de todo y de todos y vivir en un estercolero.



Reacción de su esposa. La esposa de Job, no es mala: es una mujer de costumbres orientales; llevaban un matrimonio feliz.



Pero al verle en el estado que había quedado, sufre un gran shock y le habla a Job quejándose de Dios (2, 9-10) « ¿Todavía perseveras en tu rectitud? ¡Maldice a Dios y muere!».



Sus palabras demuestran una extrañeza porque a pesar de todo sigue siendo fiel a Dios. Le incita que maldiga a Dios, y que se muera, porque uno que maldice a Dios, no tiene derecho a seguir viviendo. Pero él respondió: «Hablas como una mujer necia. “Si se acepta de Dios el bien, ¿no se ha de aceptar el mal?». En todo esto no pecó Job con sus labios.

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