lunes, 26 de enero de 2009

16ª Comunicación

TB. Libro de Job. Comunicaciones Bíblicas
Comunicación 16ª



El Dios de Job.


Es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Es la realidad primera y definitiva, cuya existencia se impone sin necesidad de explicación o demostración alguna. Es “el primero y el último” El mundo entero es “creación” suya. Lo llena y lo conoce absolutamente todo, y nada ni nadie se esconde a su presencia.

En ninguna parte de la Biblia se ha revelado Dios en la forma que lo hace en el Libro de Job; en ninguna parte del AT vemos a Dios Padre hablando de sí mismo, excepto cuando le habla a Job.

Y ¿por qué Dios se revela así a Job? Entre toda la gente que habitaba la tierra en aquellos tiempos, Dios ve a Job muy especial. Reconoce a Job como un hombre justo, que buscaba a Dios. Y Dios tiene una predilección especial para con aquellos hombres que le buscan.

Dios constantemente se revela a aquellos que le buscan. Se reveló a Abraham por medio de las estrellas, a Moisés, a través de un arbusto ardiente, y a Job, a través de hablarle en medio de su sufrimiento.

Más que cualquier otro lugar, aquí en el libro de Job, encontramos a Dios revelándose como el Creador. Aunque por medio del primer capítulo de Génesis, sabemos que El es el creador de los cielos y la tierra, y de todo lo que en ellos hay, aquí se muestra lo que Dios opina de su propia obra de la creación.

Las primeras palabras de Dios a Job, son un reto directo por todo lo que había dicho, y más aún, un reto directo a Job, como hombre. El dijo, "¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás" (Job 38, 2-3). Parece como si Dios le dijera: "Tonto, estás tratando de hablar de mí, pero no sabes lo que dices". Está claro el reto directo al conocimiento, sabiduría e integridad de Job.

Dios se sienta junto a Job para instruirle, para enseñarle como maestro y echar en cara a Job que su sabiduría no vale nada, Dios le demuestra que no sabe tanto como él cree. Dios decide destruir esa esfera imaginaria de Job y retar sus conocimientos y confianza en sí mismo. De Dios no conoce nada.

"¿Dónde estabas tú,- le dice Dios - cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia. ¿Quién puso sus medidas, ya que sabes, o quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué se asientan sus bases, o quién puso su piedra angular?" (Job 38, 4-6)

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