4ª Comunicación
Posible metodología: Leer la pregunta e interrogarte sobre lo que sabes del tema. Después, si te parece bien, lees la posible respuesta que figura a continuación.
1. ¿QUIÉN ES DIOS?
- ¿Cuáles son las principales características de Dios?
R/ Dios es trascendente, sobrepasa todo lo que puede ser y podemos conocer de las criaturas. Está entre Dios y el mundo; existe porque existen las demás cosas; Él es el creador y origen de todo.
Dios es omnipotente, todo lo puede, su poder no es como puede ser el poder de las criaturas; el poder de Dios no es limitado, ni en el espacio ni en el tiempo: por eso su acción creadora es don absoluto: es amor. Su poder quiere mantener su relación con las criaturas, por eso es tan grande; quiere salvarlas si, por causa de su libertad, éstas se alejaran del Creador. Así podemos decir que el origen del mal hay que situarlo en relación con el uso equivocado de la libertad por parte del hombre y no en algo que está dentro de la materia.
Dios es eterno, a Moisés le dice su nombre: “Yo soy el que soy”, es una prueba de que es eterno y también prueba su fidelidad a la alianza y que le acompañará en el desierto, símbolo de las tentaciones e inclinación al mal que tenemos. Es un nombre misterioso que, en todo caso, nos da a conocer las riquezas contenidas en su misterio inefable: sólo Él es, desde siempre y por siempre, el que transciende el mundo y la historia, pero que también se preocupa del mundo y conduce la historia.
Dios es un Dios personal y perfecto: El creador del cielo y de la tierra, el único Dios que es fuente de todo ser, es la Palabra y la Razón creadora: ama personalmente a ser humano, es más lo ama apasionadamente y quiere a su vez ser amado. La filosofía antigua se preguntaba ¿qué es Dios?; la revelación nos ha enseñado a preguntarnos ¿quién es Dios?, porque lo consideramos persona. A veces nos parece estar equivocados o caer en una repetición, cuando decimos persona humana (si es persona debe ser humana); no es así: existimos personas humanas, que somos criaturas, y existe una persona divina que es Dios.
Este Dios es el que da vida a una historia de amor, que se manifiesta lleno de inagotable fidelidad y misericordia; es un amor que perdona más allá de todo límite.
- ¿De qué modo se revela y se acerca a los hombres?
R/ Dios es presentado en la Escritura como creador de todo lo que existe y origen de toda fuerza natural. Así comienza a revelarse a los hombres; la existencia divina precede absolutamente porque existe el mundo, que es radicalmente dependiente de Dios. Aquí está contenida la idea de trascendencia: entre Dios y el mundo la distancia es infinita y no existe una conexión necesaria entre ellos.
Pero vemos a Dios en las cosas creadas, en las criaturas, y lo vemos en la Trinidad: de ninguna manera podemos entender el que somos seres que nos comunicamos, si no pensáramos en un Dios que se comunica: que es Uno y al mismo tiempo es Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
2. ¿CÓMO ES DIOS?
- ¿Por qué decimos que Dios es Uno y Verdadero?
R/ En primer lugar Dios es Uno pero no en sentido matemático, sino en el sentido absoluto de ese Bien, esa Belleza y ese Ser de quien todo procede. Se puede decir que es Uno porque no hay otro dios y porque no tiene partes; pero al mismo tiempo se puede decir que es Uno porque es fuente de toda unidad. De hecho sin Él todo se descompone y vuelve al no ser: su unidad es la unidad de un Amor que también es Vida y da la vida.
La unidad lleva a reconocer a Dios como el único verdadero. Incluso más, Él es la Verdad y la medida y fuente de todo lo que es verdadero; y esto porque justamente Él es el Ser. A veces, se tiene miedo a esta identificación, porque parece que, diciendo que la verdad es una, se hace imposible todo diálogo. Por eso, es tan necesario considerar que Dios no es verdadero en el sentido humano del término, que es siempre parcial.
- ¿Por qué no se pueden tomar estos nombres desde el punto de vista simplemente humano?
R/ En nosotros, los humanos, la verdad no se identifica con el ser: somos, existimos, y no podemos ser verídicos, puede estar en nosotros la mentira. En Dios la Verdad se identifica con el Ser, con el Bien y con la Belleza. No se trata de una verdad meramente lógica y formal, sino de una verdad que se identifica con el Amor que es Comunicación, en sentido pleno.
Dios es una efusión creativa, exclusiva y universal a la vez, vida íntima divina compartida y participada por el hombre. Hablamos de la verdad de lo real, que en el caso de Dios coincide con el Amor.
Decir que Dios es la Verdad quiere decir que la Verdad es el Amor. Esto no da miedo ninguno y no limita la libertad.
Dios es inmutable y su unicidad coincide con su Verdad, en cuanto que es la verdad de un Amor que no puede pasar.
Así se ve que, para entender el sentido propiamente cristiano de los atributos divinos, es necesario unir la afirmación de omnipotencia con la de bondad y misericordia. Sólo una vez que se ha entendido que Dios es omnipotente y eterno, uno puede abrirse a la apabullante verdad que este mismo Dios es Amor, voluntad de Bien, fuente de toda Belleza y todo don.
3. ¿CÓMO CONOCEMOS A DIOS?
- ¿Por qué podemos reconocer a Dios en todas las cosas?
R/ Si sabemos quién es Dios y cómo es Dios podemos llegar a conocerlo: a través de sus obras; sólo el encontrarse con Dios que crea y que salva al hombre, puede revelarnos que el Único es a la vez el Amor y el origen de todo Bien. No podemos conocer a Dios solamente con la Inteligencia, no es un intelecto, un logos. Con otra imagen, se puede decir que nuestra razón limitada actúa un poco como un prisma que descompone la luz en los distintos colores, cada uno de los cuales es un atributo de Dios; pero que en Dios coinciden con su mismo Ser, que es Vida y fuente de toda vida.
- ¿Incluso en las que se contradicen entre sí?
R/ Nuestro conocimiento de Dios lo vemos en cosas que se contradicen entre sí. Mientras afirmamos algo de Él, al mismo tiempo tenemos que negar que esa perfección se dé en Él según las limitaciones que vemos en lo creado. Si vemos el mal es porque existe el bien.
La tradición habla de una triple vía: de afirmación, de negación y de eminencia, donde el último movimiento de la razón consiste en afirmar la perfección de Dios más allá de lo que el hombre puede pensar, y que es origen de todas las realizaciones de esa perfección que se ven en el mundo. Por ejemplo, es fácil reconocer que Dios es grande, pero más difícil es darse cuenta de que Él es también pequeño, porque en lo creado lo grande y lo pequeño se contradicen. No obstante, si pensamos que ser pequeño puede ser una perfección, entonces Dios tiene que ser fuente también de esa perfección y, en Él, esa perfección debe identificarse con la grandeza. Por eso, tenemos que negar que es pequeño (o grande) en el sentido limitado que se da en el mundo creado, para purificar esa atribución pasando a la eminencia.
Juan José García Torralbo
Pozoblanco, a 7 de Mayo del 2010
Pozoblanco, a 7 de Mayo del 2010
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