6ª Comunicación
Posible metodología: Leer la pregunta e interrogarte sobre lo que sabes del tema. Después, si te parece bien, lees la posible respuesta que figura a continuación.
INTRODUCCIÓN
- ¿Por qué la creación tiene tanta importancia para la propia naturaleza humana?
R/ El Universo entero ha sido creado para el ser humano, pero no lo creó vacío, sino amueblado y con todo lo necesario para ser felices hombre y mujer.
La verdad de la creación es el fundamento de todos los designios salvíficos de Dios; es el comienzo de la historia de la salvación que culmina en Cristo.
De aquí que Dios deja, por decirlo de alguna manera, en herencia al ser humano para que lo cuide, lo disfrute y si algo malo hace en él, se ocupe en pedir perdón, pero no en preocuparse de la Salvación que ya tiene.
1. EL ACTO CREADOR
- ¿Por qué decimos que el Padre es el creador?
R/ La revelación presenta la acción creadora de Dios como fruto de su omnipotencia, de su sabiduría y de su amor. La creación suele atribuirse al Padre; la redención al Hijo; la santificación al Espíritu Santo.
Al mismo tiempo, las obras que están fuera de la Trinidad son comunes a todas las personas, la primera es la creación. Pero cabe preguntarse cuál es el papel específico de cada Persona en la creación.
Este es el sentido de la igualmente tradicional apropiación de los atributos esenciales: omnipotencia, sabiduría, amor.
En el Credo niceno-constantinopolitano confesamos nuestra fe “en un solo Dios, Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra; en un solo Señor Jesucristo… por quien todo fue hecho; y en el Espíritu Santo, señor y dador de vida.
- ¿De qué manera participan las otras personas de la Trinidad?
R/ Este desarrollo llega a su expresión plena en el NT: al identificar al Hijo, Jesucristo, afirmando que la sabiduría de Dios es una persona, el Verbo encarnado, por quien todo fue hecho.
Hay, pues, una razón creadora en el origen del cosmos: el cristianismo tiene desde el comienzo una confianza grande en la capacidad de la razón humana de conocer; y una enorme seguridad en que jamás la razón podrá llegar a conclusiones contrarias a la fe, pues ambas provienen de un mismo origen.
Se pueden distinguir dos creaciones del mundo: la primera que fue la creación, atribuida a Dios Padre, y que la podemos considerar como la que verdaderamente salió de las manos de Dios, perfecta. La segunda creación proviene, después de la desobediencia del ser inteligente, el ser humano, en que la tierra se vuelve hostil y el ser humano pierde su gracia santificante; podemos pensar que Edmundo es necesario re-crearlo, volverlo a la amistad de Dios. Esto podemos decir que lo realiza el Hijo, enviado por el Padre, para salvar al mundo, redimirlo.
Nosotros creemos que el mundo procede de la voluntad libre de Dios que ha querido hacer participar a las criaturas de su ser, de su sabiduría y de su bondad: “Bueno es el Señor para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras”.
En consecuencia, la creación, salida de la bondad divina, la creación participa en esa bondad: “Bueno es el Señor para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras”. “Y vio Dios que era bueno” Porque la creación es querida por Dios como un don.
Este carácter de bondad y de don libre, que tiene Dios, permite descubrir en la creación la actuación del Espíritu – que «aleteaba sobre las aguas» - la Persona Don en la Trinidad, Amor subsistente entre el Padre y el Hijo. La Iglesia confiesa su fe en la obra creadora del Espíritu Santo, dador de vida y fuente de todo bien.
- ¿Por qué Dios creó el mundo?
R/ Dios no crea el mundo vacío, sino que lo crea habitable para su criatura más querida, la que tiene su imagen y semejanza. El mundo, las cosas, los animales, las plantas, los crea para el ser humano.
Ya en el Concilio Vaticano I (1870) se decía que Dios “en su bondad y por su fuerza todopoderosa, no para aumentar su bienaventuranza, ni para adquirir su perfección, sino para manifestarla por los bienes que otorga a sus criaturas, el solo verdadero Dios, en su libérrimo designio, en el comienzo del tiempo, creó de la nada a la vez una y otra criatura, la espiritual y la corporal»
La gloria de Dios consiste en que se realice la manifestación y la comunicación de su bondad para las que el mundo ha sido creado. Hacer de nosotros Hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia.
- ¿Cuál es el origen del mal?
R/ Dios no sólo crea el mundo y lo mantiene en la existencia, sino que además “conduce a sus criaturas a la perfección última, a la que Él mismo las ha llamado, y porque, creándolas a su imagen, con libertad pierden esa perfección y es necesario que Dios las mantenga en la existencia dándole continuamente su existencia.
La Sagrada Escritura presenta la soberanía absoluta de Dios, y testimonia constantemente su cuidado paterno, tanto en las cosas más pequeñas como en los grandes acontecimientos de la historia. En este contexto, Jesús se revela como la providencia “encarnada” de Dios, que atiende como Buen Pastor las necesidades materiales y espirituales de los hombres y nos enseña a abandonarnos a su cuidado.
El conjunto de la fe cristiana constituye una respuesta a la pregunta de cómo se cuida Dios de nosotros: no hay un rasgo del mensaje cristiano que no sea, en parte, una respuesta a la cuestión del mal.
La creación no está acabada desde el principio, por culpa del ser humano que la deshizo con su desobediencia, pero Dios la hizo para que busque una meta que está todavía por alcanzar. Para la realización de sus designios Dios se sirve del concurso de sus criaturas, y concede a los hombres una participación en su providencia, respetando su libertad aun cuando obran mal.
Lo que más sorprende es que Dios «en su providencia todopoderosa puede sacar un bien de las consecuencias de un mal» (Catecismo, 312). Es una misteriosa pero grandísima verdad que «todo coopera al bien de los que aman a Dios»
- ¿Cómo comienza y cómo culmina la Salvación?
R/ La creación, una vez perdida la gracia, es el primer paso hacia la Alianza que Dios, único, tiene con su pueblo.
En la Biblia la creación está abierta a la actuación salvífica de Dios en la historia, que tiene su plenitud en el misterio pascual de Cristo, y que alcanzará su perfección final al final de los tiempos. La creación está hecha con miras al sábado, el séptimo día en que el Señor descansó, día en que culmina la primera creación y que se abre el octavo día en que comienza una obra todavía más maravillosa: la Redención, la nueva creación en Cristo. La radicalidad de la acción creadora y salvadora divina exige del hombre una respuesta que tenga ese mismo carácter
de totalidad: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas”. En esta correspondencia se encuentra la verdadera felicidad, lo único que plenifica su libertad. A la vez, la universalidad de la acción divina tiene un sentido tanto intensivo como extensivo: Dios crea y salva a todo el hombre y a todos los hombres. Corresponder a la llamada de Dios a amarle con todo nuestro ser está intrínsecamente unido a llevar su amor a todo el mundo. El conocimiento y admiración del poder, sabiduría y amor divinos conduce al hombre a
una actitud de reverencia, adoración y humildad, a vivir en la presencia de Dios sabiéndose hijo suyo.
2. LA REALIDAD CREADA
- ¿Cuáles son las principales funciones de los ángeles?
R/ La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición» (Catecismo, 328).
Ambos los muestran en su doble función de alabar a Dios y ser mensajeros de su designio salvador. El NT presenta a los ángeles en relación con Cristo: creados por medio de él y en vista de él, rodean la vida de Jesús desde su nacimiento hasta la Ascensión, siendo los anunciadores de su segunda venida gloriosa.
- ¿Cuál es el principal ejemplo de que Dios los creó libres?
R/ La teología (especialmente Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico) y el magisterio de la Iglesia han profundizado en la naturaleza de estos seres puramente espirituales, dotados de inteligencia y voluntad, afirmando que son criaturas personales e inmortales, que superan en perfección a todas las criaturas visibles.
Los ángeles fueron creados en un estado de prueba. Algunos se rebelaron irrevocablemente contra Dios. Caídos en el pecado, Satán y los otros demonios – que habían sido creados buenos, pero por sí mismos se hicieron malos –instigaron a nuestros primeros padres para que pecaran.
- ¿Cómo perfecciona el hombre la creación de Dios?
R/ El hombre ha sido puesto por Dios a la cabeza de la realidad visible, y goza de una dignidad especial, pues «de todas las criaturas visibles, sólo el hombre es capaz de conocer y amar a su Creador; es la única criatura en la tierra que Dios ama por sí misma; sólo el hombre está llamado a participar por el conocimiento y el amor en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad».
Dios ama a las criaturas por sí mismas; sólo el hombre está llamado a participar por el conocimiento y el amor en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad».
- ¿Cómo se distingue el hombre de las demás criaturas?
R/ Mediante su actividad y su trabajo, el hombre participa del poder creador de Dios. Además, su inteligencia y voluntad son una participación, una chispa, de la sabiduría y amor divinos. Mientras el resto del mundo visible es mero vestigio de la Trinidad, el ser humano constituye una auténtica imagen de la Trinidad.
3. ALGUNAS CONSECUENCIAS PRÁCTICAS DE LA VERDAD SOBRE LA CREACIÓN
- ¿Cómo encuentra el hombre su verdadera felicidad?
R/ Dios ama a las criaturas por sí mismas; sólo el hombre está llamado a participar por el conocimiento y el amor en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad y de su felicidad»
Mediante su actividad y su trabajo, el hombre participa del poder creador de Dios, esto produce en el hombre una gran satisfacción. Además, su inteligencia y voluntad son una participación, una chispa, de la sabiduría y amor divinos. Mientras el resto del mundo visible es mero vestigio de la Trinidad, el ser humano constituye una auténtica imagen de la Trinidad.
El conocimiento y admiración del poder, sabiduría y amor divinos conduce al hombre a una actitud de reverencia, adoración y humildad, a vivir en la presencia de Dios sabiéndose hijo suyo; aquí encuentra también el hombre su felicidad, sentirse imagen de la Trinidad, saber que tiene poder, sabiduría y amor porque Dios se los ha dado, pero con ellos es capaz de ser feliz.
Al mismo tiempo, la fe en la providencia lleva al cristiano a una actitud de confianza filial en Dios en todas las circunstancias: con agradecimiento ante los bienes recibidos, y con sencillo abandono ante lo que pueda parecer malo, pues Dios saca de los males mayores bienes. En la confianza que tiene en Dios es donde encuentra también el hombre su felicidad.
Juan José García Torralbo
Pozoblanco a 21 de Mayo del 2010
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