domingo, 10 de octubre de 2010

FE CRISTIANA: Comunicación 25

¿QUÉ SABES DE TU FE CRISTIANA?
Metodología: Lee las preguntas y observa si sabes algo de ellas.
Si te parece bien, puedes leer las contestaciones que ha dado.

1. EL DESIGNIO DIVINO SOBRE EL MATRIMONIO
  • ¿Quién es el autor del matrimonio?
R/ “La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, es el Matrimonio y fue elevado por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de Sacramento entre los bautizados.”
Así pues, el mismo Dios es el autor del Matrimonio. La íntima comunidad conyugal entre el hombre y la mujer es sagrada, y está estructurada con leyes propias establecidas por el Creador que no dependen del arbitrio humano.
Entre los no bautizados existe, debe existir, una unión muy especial de modo que la institución del matrimonio no es una injerencia indebida en las relaciones personales íntimas entre un hombre y una mujer: sino una exigencia interior del pacto del amor conyugal: es el único lugar que hace posible que el amor entre un hombre y una mujer sea conyugal, es decir un amor electivo que abarca el bien de la toda la persona en cuanto sexualmente diferenciada.
De aquí que esas “uniones de hecho”, sin un compromiso de unión conyugal, no pueden considerarse “matrimonio”.
Cuando se está bautizado, y el amor es bueno, comprometido, Dios lo bendice y pasa a ser Sacramento, signo visible de algo invisible que es la “gracia”.
  • ¿Cuáles son los frutos de este sacramento?
R/ Entre los no bautizados existe, debe existir, una unión muy especial de modo que la institución del matrimonio no es una injerencia indebida en las relaciones personales íntimas entre un hombre y una mujer: sino una exigencia interior del pacto del amor conyugal: es el único lugar que hace posible que el amor entre un hombre y una mujer sea conyugal, es decir un amor electivo que abarca el bien de la toda la persona en cuanto sexualmente diferenciada.
Cuando se está bautizado, y el amor es bueno, comprometido, Dios lo bendice y pasa a ser Sacramento, signo visible de algo invisible que es la “gracia”.
El amor del matrimonio está destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. “Los bendijo Dios y les dijo: sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla”
Jesucristo no sólo restablece el orden original del Matrimonio querido por Dios, sino que otorga la gracia para vivirlo en su nueva dignidad de sacramento: “Maridos amad a vuestras mujeres como Cristo ama a la Iglesia”
“Entre los Bautizados no puede haber contrato matrimonial válido que no sea Sacramento.”Este Sacramento aumenta la gracia santificante, confiere la gracia sacramental que ejerce una influencia singular sobre todas las realidades de la vida conyugal, especialmente sobre el amor de la vida conyugal, el amor de los esposos.
La vocación universal a la santidad está especificada para los esposos “por el Sacramento celebrado y traducida concretamente en las realidades propias de la existencia conyugal y familiar.
Cometerían un grave error si edificaran su conducta espiritual a espaldas y al margen de su hogar.
La vida familiar, las relaciones conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el esfuerzo para sacar económicamente adelante la familia, asegurarla y mejorarla, el trato con otras personas que constituyen la comunidad social, todo eso son situaciones humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar.

2. LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
  • ¿Cuáles son los requisitos para que el matrimonio sea válido?
R/ El matrimonio es el consentimiento personal e irrevocable de los esposos. El consentimiento matrimonial es un acto de la voluntad, por el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocable para constituir el matrimonio.
La Iglesia ‘exige’, para los bautizados la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio, (que comúnmente se suele llamar ‘casarse por la Iglesia’) Por eso, solamente son válidos aquellos matrimonios que se contraen ente el Ordinario del lugar o el Párroco, o un Sacerdote o diácono delegado por uno de ellos para que asista como testigo cualificado, y ante dos testigos, de acuerdo con las reglas establecidas por el Código de Derecho Canónico.
En España por un Concordato con la Santa Sede, el Matrimonio Eclesiástico, tiene validez ante la Autoridad Civil, una vez que se presente el Documento firmado por los Contrayentes, el Sacerdote y los dos testigos, en el Registro.

3. PROPIEDADES ESENCIALES DEL MATRIMONIO
  • ¿Cuáles son las principales propiedades del matrimonio?
R/ Las propiedades esenciales son dos principalmente: la unidad y la indisolubilidad. En el matrimonio cristiano alcanzan más firmeza por razón del Sacramento.
El marido y la mujer, por el ‘pacto conyugal ya no son dos, sino una sola carne’. Esta unión, como mutua entrega de dos personas, exige además: procurar el bien de los hijos, plena fidelidad, y es más fuerte su indisolubilidad, lo mismo que Cristo no puede separarse nunca de la Iglesia.
La unidad del matrimonio exige además la igual dignidad personal de la mujer y el varón en el mutuo y pleno amor.
La poligamia es contraria a esta igual dignidad de uno y otro y al amor conyugal que es único y exclusivo.
Así lo enseñó Jesucristo sin ambigüedad. Dicen que es así como el Creador la quiso al principio del mundo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a la mujer era una concesión a la dureza de corazón de los israelitas. En el Evangelio de San Mateo queda bien especificado en boca de Jesucristo: “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
«El matrimonio rato [esto es, celebrado entre bautizados] y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte»
  • ¿Qué es el divorcio y qué consecuencias tiene?
R/ El divorcio es una ofensa grave a la ley natural: pretende romper el contrato, aceptado libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. Ateta contra la Alianza de la Salvación de la que el matrimonio sacramental es un signo.
Si es solamente una de las partes entonces no contradice el precepto moral.
Existen situaciones en la que la convivencia matrimonial se hace prácticamente imposible por razones muy diversas:
en estos casos la Iglesia admite la separación, que no es divorcio, sino es no convivencia, pero los esposos siguen siendo marido y mujer y no pueden contraer un nuevo matrimonio: en estos casos la solución es que, quizás por la mediación de alguna persona, (existe el Centro de Orientación Familiar) se llegue a la reconciliación; si esto no es posible, “el divorcio
civil, no eclesiástico, es la única manera posible de asegurar derechos legítimos, sobre todo en orden al cuidado de los hijos; puede ser tolerado sin constituir una falta moral.
Si después de la separación se contrae una nueva unión, aunque ésta sea reconocida por la autoridad civil, “el cónyuge casado se halla en situación de adulterio público y permanente. Siguen perteneciendo a la Iglesia pero no pueden ser admitidos a la Eucaristía; la Penitencia les exige la reconciliación para que sea válido y puedan ser admitidos al Sacramento de la Eucaristía.

4. LA PATERNIDAD RESPONSABLE
  • ¿Cuándo es responsable la paternidad?
R/ La institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la “procreación” y “educación de la prole”: esta es la culminación del matrimonio, ya que los hijos son el don más excelente del matrimonio y contribuyen mucho al bien de los mismos padres.
Fue el mismo Dios que dijo: “no es bueno que el hombre esté solo”, el que una vez creados mujer y varón les dijo “Creced y multiplicaos”.
Es cierto que existen otros fines del matrimonio, incluido la unión corporal de los sexos, carácter unitivo del matrimonio; pero, sin egoísmos, deben estar dispuestos los esposos con fortaleza de ánimo a cooperar con el Creador, en el creced y multiplicaos.
Hoy día se está introduciendo cada vez más entre los esposos razones para no tener hijos y van saliendo nuevos métodos para evitar el embarazo:
** Métodos naturales.
** Métodos artificiales: anticonceptivos ó abortivos
** Caso aparte merece la inseminación in Vitro.
Para un bautizado que ha recibido el Sacramento del Matrimonio, lo primero que se ha de tener en cuenta, es generosidad ante la posibilidad que Dios les ofrece de ser padres. Es cierto que hoy día existen razones, crisis económica, por ejemplo, que resultarían graves e incluso que podían llegar a la ruptura del matrimonio. En estos casos la Iglesia orienta: la continencia y los métodos naturales; no admite los métodos artificiales anticonceptivos y, por supuesto,
considera gravísimo el aborto.
De la Inseminación in Vitro habría mucho que hablar, ya que científicamente se puede escoger el tipo de hijo. Y sobre todo hay que tener en cuenta los embriones restantes de una inseminación que, las leyes civiles ordenan tenerlos congelados, esperando la destrucción de ellos, esto no dejaría de ser un aborto y por consiguiente un crimen.

5. EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
  • ¿Cuál es el principal fin del matrimonio y la familia?
R/ Dios quiere que el Matrimonio sea el fundamento de la Comunidad civil y religiosa; la misma institución está ordenado, como ya se ha dicho, a la procreación y educación de la prole, además del carácter unitivo.
La familia, y es su principal fin, forma la célula primera y vital de la sociedad.
Solamente esto reclama su defensa y promoción por parte de la autoridad civil.
Las leyes que no reconocen las propiedades esenciales del matrimonio, el divorcio o la equiparan a otras formas de unión no matrimoniales (uniones de hecho, uniones de personas del mismo sexo…), son injustas: lesionan gravemente el fundamento de la sociedad que el Estado está obligado a proteger y fomentar.
En la Iglesia la familia es llamada Iglesia doméstica porque la comunión de sus miembros forman la comunión eclesial y es donde se ejercita el sacerdocio bautismal con la enseñanza y el ejemplo de los padres a los hijos.

Juan José García Torralbo
Pozoblanco a 25 de Agosto de 2010

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